Libro I
Enfrentamientos, conjuras y contratiempos en las costas argentinas
Inmensidad del Río de la Plata
Continuando después nuestro camino, llegamos hasta el , encontrando allá, junto a un río de agua dulce, a unos hombres que se llaman "" y comen la carne humana.
Acercósenos a la nave capitana uno de estatura casi como de gigante para garantizar a los otros. Tenía un vozarrón de toro. Mientras éste permaneció en la nave, los otros recogieron sus enseres y los adentraron más en la tierra, por miedo a nosotros. Viendo lo cual, saltamos un centenar de hombres a tierra en busca de entendernos algo, trabar conversación; por lo menos retener a alguno. Pero huían, huían con tan largos pasos, que ni con todo nuestro correr podíamos alcanzarlos. Hay en este río . En la mayor de ellas encuéntranse piedras preciosas; se llama .
Todos pensábamos que se pasaba desde allí al , que no lo es del todo (aunque lo pareciera, por no haberse descubierto más en esa dirección). En definitiva, no es aquel un cabo, sino el desemboque de un . Río, junto al que, en anterior ocasión, y por fiar demasiado, un capitán español, por nombre , fue devorado por los caníbales, junto con sesenta hombres. Fueron a descubrir tierras, como nosotros.