Libro III
Amenaza portuguesa
Cargamento portugués abandonado
El capitán del galeón dicho, era Francisco Faria, portugués; y, pocas jornadas antes, una carabela flaqueada por dos juncos, navegó estas latitudes preguntando por nosotros. Los juncos aproximáronse a Bachian para cargar clavo, con siete portugueses. Cuyos portugueses, por no haber respetado a las mujeres del rey y de los suyos (el rey les advirtió una y otra vez que se contuvieran pero sin resultado), fueron muertos. Cuando a la carabela llegó tal cosa, emprendieron veloz retorno a Malaca, abandonando los juncos con cuatrocientos bahar de clavo y tantas mercancías para que se comprasen cien bahar más. Pues vienen muchos juncos al año, desde Malaca a Bandan, para cargar cáscara verde de nuez y nuez moscada; y de Bandan a Maluco, por clavo. Y navegan los de aquí, sobre sus juncos desde Maluco a Bandan en tres días, y de Bandan a Malaca en quince.
El rey de Portugal disfrutaba de Maluco desde hacía diez años, aunque en secreto, para que no lo supiese el de España.
Entretúvose con nosotros hasta las tres de la madrugada, refiriéndonos otras mil cosas aún. Le insistimos tanto, con promesas de buen sueldo, que acabó por prometer venirse con nosotros a España.
El viernes 15 de noviembre, díjonos el rey que iba a Bachian a hacerse cargo del clavo aquel que abandonaron los portugueses. Pidionos dos obsequios para entregar a los dos gobernadores de Mutir en nombre del rey de España; y deslizándose entre nuestras carabelas, quiso ver cómo disparaban las escopetas, las ballestas y los versines (poco mayores que un arcabuz). Disparó una ballesta él mismo tres veces; porque era artilugio que le gustaba más que las armas de fuego.