Libro III
Comercio con el rey de Borneo
Ciudad flotante
Una vez allá, dieron a cada cual los suyos, poniéndonoslos otra vez sobre el hombro izquierdo; y nosotros, a cada cual, un par de cuchillos para compensarles el azacaneo aquel. Aparecieron en casa del gobernador nueve hombres con otras tantas hondas bandejas de madera, de parte del rey. Contenía cada una diez o doce escudillas de porcelana, llenas de carne de ternero, de capones, gallinas y otros animales, así como pesca. Cenamos en tierra, sobre una esterilla de palma, de treinta a treinta y dos platos diferentes de carne, sin contar los pescados y otras cosas. A cada bocado, nos bebíamos una copita de aquel vino destilado; copitas de porcelana, y no mayores que un huevo. El arroz y los demás alimentos dulces los tomábamos con unas cucharillas de oro de la misma forma que las europeas.
Donde dormimos esas dos noches lucían perpetuamente dos hachones de cera blanca, rematando sendos candelabros de plata más bien altos, así como dos lámparas grandes, llenas de aceite y con cuatro mechas cada una; dos hombres hallábanse al cuidado de despabilarlas.
Los elefantes volvieron, para conducirnos a la orilla del mar; de allí, en dos praos, nos dirigimos hacia las carabelas.
Está construida esa ciudad, toda, sobre agua salada, fuera de la casa del rey y las de algunos nobles; y suma veinticinco mil fuegos. Las casas son de madera, en lo alto de estacas fuertes y durante la marea alta, las mujeres cruzan en pequeñas embarcaciones para vender o comprar víveres. Ante la casa del rey, álzase un muro de ladrillos, grueso y con barbacanas, como fortaleza; y, sobre él, cincuenta bombardas de metal y seis de hierro. Durante los dos días que estuvimos allí dispararon muchas.
Aquel rey es moro y por nombre . Tenía cuarenta años y estaba gordo. No le sirven y cuidan más que mujeres, hijas de sus notables. Jamás abandona su palacio, salvo para ir de caza; nadie le puede hablar sino a través de un canuto. Rodéanle diez escribanos, que pasan su asunto a unas delgadísimas cortezas de árbol. A éstos los llaman .