Libro III
Comercio con el rey de Borneo
Perlas gigantes, islamismo y productos de la isla
El rey de Burne posee dos perlas del tamaño de los huevos de gallina, y tan redondas que no pueden quedar quietas sobre una mesa y sé esto certísimo porque, cuando le llevamos los obsequios, se le indicó por señas que nos le mostrara; y dijo que lo haría. Días después, algunos jerarcas nos confesaron haberlas visto ellos.
Adoran estos moros a Mahoma y sus leyes: no comer carne de cerdo; limpiarse el culo con la mano izquierda; no comer con ésta; con la derecha, en cambio, no tomar cosa alguna; sentarse cuando orinan; no matar gallina ni cabra sin hablar antes con el sol; cortar a las gallinas las puntas de las alas, así como las pellejillas que les cuelgan y las patas, descuartizándolas después --primero, de arriba abajo--, lavarse la cara con la mano derecha; no lavarse los dientes con los dedos, y no comer ningún animal no muerto por ellos mismos. Están todos circuncidados, como los judíos.
Crece en aquella isla el alcanfor, especie de bálsamo que brota entre los árboles; su piel es tan tenue como la de las cebollas. Si se la deja descubierta, poco a poco esfúmase en nada. La llaman capor. Prodúcese también la canela, jengibre, mirabolanes, naranjas, limones, chácaras, melones, cocos, calabazas, rábanos, cebollas, escarloños, vacas, búfalos, puercos, cabras, gallinas, ánsares, ciervos, elefantes, caballos y otras cosas. Es una isla tan grande que se tarda tres meses en circundarla en un prao; hállase en los 5 1/4 grados de latitud del Polo Ártico, y en los 176 2/3 de longitud desde la línea de partición; y se llama Burne.