Libro III
Riquezas del archipiélago
Canela, arqueros peludos, apariciones milagrosas
Después, rumbo Nordeste 1/4 de Este, avistamos dos pueblos reducidos, por nombre Canit y Subanin, más una isla habitada (Monoripa) a diez leguas de los escollos. Las gentes de ésta tienen sus casas en barcas, que no habitan otra. En aquellos dos poblados de Canit y Subanin, que se hallan en la isla de Butuan y Calaghan, nace la mejor canela que en ninguna parte se encuentre. Detuvímonos dos días, volviendo a carenar las naves; mas, por soplar buen viento y deber doblar un cabo y ciertos arrecifes próximos, no quisimos entretenernos y desplegamos velas, no sin antes cambiar diecisiete libras de la mentada especie por algunos cuchillos de que despojáramos al gobernador de Pulaoan. El tronco de esa canela es de tres o cuatro codos de alto, y con el espesor de un dedo. Tiene muy escasas ramitas, con hojas como de laurel; pero el tronco es la canela. Recoléctase dos veces al año; tan fuertes como la canela resultan el tronco y las hojas, en pleno verdor. La llaman caiumana; caiu significa tronco, y mana, dulce. Esto es, "tronco dulce".
Enfilando el rumbo del , y hacia una ciudad grande por nombre Maingdanao, la cual está en la isla de Baluan y Calaghan, para obtener alguna nueva de Maluco, nos apoderamos por la fuerza de un biguidai (como un prao) y matamos a siete de sus hombres. Iban solamente dieciocho, tan fornidos como por esta zona viéramos; todos de los principales en Maingdanao. Uno de ellos nos dijo ser hermano del rey de ahí, y que sabía dónde se encontraba Maluco. Por lo que abandonamos el rumbo del greco por el del siroco.
En un cabo de aquella isla de Baluan y Calaghan, por las riberas de un río, encuéntranse hombres peludos, grandes combatientes y arqueros; manejan espadas de un palmo de largo únicamente, y sólo se comen el corazón de sus enemigos, crudo y con zumo de naranja o de limón. Se llaman benajans ("los peludos").
Al iniciar la ruta del siroco nos encontrábamos en los seis grados y siete minutos del Ártico, y a treinta leguas largas de Canit. Con el siroco, encontramos cuatro islas: Ciboco, Beraham Batolach, Saranghani y Candihar. Un sábado por la noche, 26 de octubre, costeando Beraham Batolach, nos sorprendió una tempestad pavorosa; por lo que, invocando a Dios, arriamos todas las velas. De súbito, nuestros tres santos se aparecieron, rompiendo la oscuridad. coronó la gavia más de dos horas, como un hachón; , sobre la mesana; , sobre el trinquete. Prometímosles consagrar un esclavo a cada uno de ellos, y entregar también a los tres su respectiva limosna.